Pues ayer sábado nos fuimos mi mujer y yo a Abejar (Soria, España), al mismo lugar que os comenté en una anterior entrada. En esta ocasión descubrí algunos alados de Formica (aún no estoy seguro pero puede tratarse de Formica rufibarbis Fabricius, 1793) que estaban, durante las horas centrales del día en la cúspide de esos grandes conos de broza y restos vegetales que constituyen los hormigueros de esta especie. He tomado unas muestras y señalizado con gps algunos nidos que me parecieron interesantes y que quiero seguir su evolución según avance el año. También estuve observando la defensa enconada que realizan estas hormigas en cuanto presienten una amenaza. Efectivamente, centenares de hormigas se ponen en guardia y algunas incluso llevan más allá ésta y adoptan una posición típica en este género. Se trata de una postura “sentada” y con el abdomen vuelto hacia “la amenaza” (en este caso, hacia mí ) al tiempo, si nos fijamos y acercamos un poco más, que lanzan un chorro de ácido fórmico bien dirigido al atacante, que puede alcanzar 25 ó 30 cm sin dificultad.
Cada vez me doy más cuenta, por mí mismo quiero decir, del papel preponderante de las hormigas en la regulación de los ecosistemas, en el pequeño lapso de tiempo que estuve observando este hormiguero (que he denominado “Abejar02”), cientos de insectos fueron llevados como alimento a su interior. Un sencillo cálculo de la cantidad de insectos dañinos que en un día pueden ser apresados por solo algunas colonias de hormigas en este bosque, resulta en una cifra sencillamente “astronómica”. Ahora pienso en las personas que viven de estos bosques (explotaciones madereras, turismo rural, etc) y lo mucho que les deben a estos “insignificantes” animales.
En la imagen adjunta, un escarabajo es atrapado y llevado al nido por estas hormigas.