jueves, 5 de mayo de 2011

“Antifugas” para hormigueros y cajas de forrajeo.

Siempre aconsejo a todo aquel que empieza con hormigas elegir un tipo de hormiguero artificial limpio y sobre todo que ofrezca buena visibilidad de la colonia que albergue… No hay nada más frustrante que saber que tienes una buena colonia y no poder siquiera distinguir una reina o localizar huevos y larvas. Últimamente se empiezan a poner de moda los terrarios que recrean un área “natural”, es decir, abierta. Es importante que no se fuguen las hormigas y para ello, antes de nada, ofrecer unas buenas condiciones de vida a las hormigas; no las estreses moviendo su hábitat, iluminando en exceso e intenta que además de alimento, no les falte agua ni temperatura. Con este fácil consejo la mayoría de las especies se sentirán bien y no intentarán “explorar nuevos territorios”.

Si aún así no os fiais demasiado, existen algunos sistemas antifugas. Los antifugas más comunes se basan en el principio de que una hormiga al tratar de pasar por encima resbale y caiga, por eso se utilizan en paredes verticales como por ejemplo la zona superior de una caja de forrajeo… impiden la escalada y por tanto la fuga desde la misma. Personalmente he utilizado estos tres:


1.- Aceite: una fina capa de aceite en forma de banda de unos 2-3 cm de ancho aplicada con un pincel o un bastoncillo de los utilizados para la limpieza de los oídos es una buena manera de evitar fugas. No apliques mucho pues entonces escurrirá por las paredes. El aceite dura bastante tiempo, incluso meses y resiste bien la humedad y temperatura. El aceite ha de ser mineral (no vegetal); a mí me va muy bien el aceite para “máquina de coser” que aún se encuentra en ferreterías e incluso tiendas de “todo a cien”; es transparente y no huele. A veces se observa como algunas especies de hormigas ponen encima tierra o desperdicios para así hacer un “puente” y poder traspasar esta barrera, os aconsejo que lo reviséis cada semana.

2.- “Talcohol”: El “talcohol” es simplemente una mezcla de polvos de talco y alcohol. Las hormigas resbalan en los polvos de talco. Para utilizarlo de forma fácil y segura, se aplica mezclado con alcohol, el alcohol al evaporarse deja una fina capa de talco que es lo que hace resbalar a las hormigas. Yo mezclo una medida de talco para bebés (pues cuanto más fino mejor) con cuatro o cinco de alcohol (del normal, del de 96º de toda la vida), lo agito vigorosamente y guardo en un pequeño bote que cierre muy bien pues es muy volátil; no importa que quede talco en el fondo, al añadir más alcohol se irá diluyendo. Se aplica de la misma manera que el aceite. Aunque he leído de aficionados que pueden dejarlo 6 o incluso 12 meses, yo lo reviso con frecuencia, un par de veces al mes.



3.- El teflón líquido, bueno está muy bien porque es un sistema, al menos tan seguro como los anteriores y al que no ataca en teoría la humedad; pero la verdad, en mi opinión, su precio por ahora no vale las supuestas ventajas del producto.


Existen otros métodos, desde supuestos repelentes (parafina, gasoil)… hasta barreras eléctricas, todos con sus ventajas y desventajas (olores, cortes de suministro…) pero creo que con los dos primeros y una comprobación de vez encuando, podemos solucionar casi al 100% el problema de las fugas.