Para algunos Dalí era un excéntrico, para otros, simplemente un chiflado; de lo que no cabe duda es que Salvador Dalí fue un genio de la pintura. Las hormigas también aparecen como un tema recurrente o repetido en la obra de Dalí. Si nos fijamos bien, pueden observarse pequeños grupos de ellas en bastantes de las obras del pintor ampurdanés. Sobre las múltiples interpretaciones que en la obra de Dalí se han dado a las hormigas, hay para todos los gustos: Hay entendidos que dicen que representan el remordimiento, otros las asemejan con la muerte, la podredumbre o la decadencia e incluso hay alguno que asegura que el mismo pintor le refirió en alguna ocasión “que no significaban absolutamente nada”.
Tres obras famosas de Salvador Dalí en las que las hormigas están presentes son (venga, a fijarse bien): "El gran masturbador" (1929), detalle, “La Persistencia de la Memoria” (1931) y “El Enigma del Deseo” (1929).
En la imagen adjunta, “Rostro de Hormigas” una obra “menor” de S. Dalí (1936)