martes, 28 de febrero de 2012

Libro: “La Hormiga y el Sociobiólogo” por Pierre Jaisson.

Tomando como base e hilo conductor a las hormigas, el autor desarrolla una amplia visión sobre las sociedades animales – incluida la del hombre- el cómo, el porqué y, sobre todo las ventajas y algunos menoscabos de las mismas en lo referente a la evolución y supervivencia de las especies sociales. Es un buen libro y de un autor de lujo, no en vano Pierre Jaisson fue presidente de la International Union for the Study of Social Insects o Unión Internacional para el Estudio de los Insectos Sociales (IUSSI) (*) y profesor de Etología en la Universidad de Villetaneuse (Paris-Nord) en Francia. Me gusta o mejor dicho, envidio sobre todo, lo fácil que le resulta al autor divulgar hechos científicos al público en general; de todas formas no nos engañemos, hay que tener un poco “de base” para alcanzar a vislumbrar el vasto torrente de enseñanzas que puede reportarnos este libro. Aún así es un libro fácil de leer ya sea por lo interesante de los temas tratados o por las diferentes visiones plasmadas para comprender los mismos hechos.

Indice del libro: (I)La sociedad: un hecho de la evolución. (II)Historia natural de las sociedades. (III)Los insectos sociales. (IV)La sociobiología: disciplina y teorías. (V)Las riquezas codiciadas del hormiguero: altruismo y parasitismo. (VI)Del altruismo al reconocimiento de los emparentados: el surgimiento de un nuevo campo de conocimientos. (VII)De la fraternidad en las cochinillas de Réamur a la competencia en las abejas. (VIII)El sentido de la familia en los renacuajos y la donación de sangre entre vampiros. (IX)Sexo, ayuda mutua y convivialidad. (X)El hombre y el sociobiólogo.


Ficha del Libro:
Colección: Ciencia y tecnología.
Editorial: Fondo De Cultura Económica (México).
Formato:
15 x 23cm., 267 pp.
Primera edición (en castellano): 2000.
Primera edición (en inglés): 1993.

ISBN: 9681662024
ISBN 13: 9789681662028


miércoles, 22 de febrero de 2012

Desde Argentina, hormigas cortadoras de hojas.

El pasado mes de septiembre, durante un viaje a Argentina y concretamente en el trayecto desde Buenos Aires a la Reserva Natural Otamendi, Javier Castosa, un amigo al que conocí en un viaje a Madagascar tomó para este Blog estas preciosas fotos… Verdaderamente denotan por su calidad que el hobby de Javier es la fotografía de la naturaleza.


Fotografía de Javier Castosa

Corresponden estas fotografías a una especie del género Acromyrmex, pertenecientes junto al género Atta a las hormigas que vulgarmente se denominan “hormigas parasol” o “cortadoras de hojas” (“leaf-cutters”). La diferencia entre ambos géneros es que Acromyrmex tiene cuatro pares de espinas muy evidentes en el dorso y Atta solo tres, pero ambos géneros tienen una característica en común: Son hormigas que cultivan su propio alimento (*).

Fotografía de Javier Castosa

 Estas hormigas, cortan pequeños trocitos circulares de las hojas y flores de los árboles (y otras plantas), las llevan al nido y allí mismo las limpian, trituran y enjuagan con su saliva, mezclan con sus propios deshechos y así preparan un nicho o “cama” apropiado para el cultivo de ciertos hongos (Lepyotaceae) de los que realmente se alimentan. En el proceso, las hormigas usan determinadas substancias de efecto antibiótico para prevenir la contaminación del mismo. El cultivo se desarrolla en el interior de algunas cámaras subterráneas apropiadas al efecto, ya que también se sabe que estas hormigas son capaces de regular los niveles de humedad y CO2 buscando una mejor productividad. Se dice además en la literatura especializada que este hongo es imposible de cultivar por el hombre solo, incluso en condiciones de laboratorio.

Su distribución es neotropical, desde EEUU hasta Argentina. Hasta donde yo se, son hormigas monogínicas (una sola reina por colonia) y de fundación independiente de nuevos hormigueros; pertenecen a la subfamilia Myrmicinae (peciolo y pospeciolo entre el mesosoma y gáster); son polimórficas, con diferentes tamaños, según la actividad a la que está destinado cada individuo (cortar hojas, transporte, laboreo, etc). En muchas zonas son consideradas como plagas por su actividad defoliadora en cultivos. También se las considera perjudiciales por su competencia alimenticia con el ganado.

Fotografía de Javier Castosa

 Una nota curiosa, cuando una joven y futura reina abandona su nido en el vuelo nupcial, se lleva un trocito del hongo para iniciar en su nueva colonia el cultivo. Es además interesante apuntar que no hay otras especies animales que cultiven su propia comida (excepto el hombre), esto puede darnos idea de lo interesante que puede ser, intelectualmente hablando, meditar sobre como la evolución da inicio y empuja a un grupo de hormigas a cultivar y alimentarse de hongos… Y es que, repito, las hormigas “dan” para mucho.

En muchas exposiciones y zoológicos del mundo se exhiben colonias de estas hormigas por lo espectacular del proceso de la elaboración de su alimento, aquí mismo en este Blog pusimos una entrada al efecto. También ha servido este hecho incluso como motivo en emisiones de sellos postales, algún día hablaremos de ello en una próxima entrada a este Blog.

Fotografía de Javier Castosa


(*): Otras especies pertenecientes a la Tribu Attini cultivan hongos, pero excluyendo a los géneros Atta y Acromyrmex, las demás lo hacen sobre material recolectado (hojas secas, semillas, cadáveres de insectos), no cortan ni recolectan las hojas verdes.

jueves, 16 de febrero de 2012

Viaje a Lanzarote ( y7). Restaurante italiano al borde del mar.

Después de asegurar a mi mujer que estaría un buen rato –al menos durante la comida- sin mirar hormigas, paseábamos por el moderno paseo marítimo de la playa de Las Cucharas (Costa Teguise, Lanzarote). Después de un rato, vimos un pequeño, pero coqueto, restaurante italiano. Amablemente la dueña nos recomendó que comiéramos en la terraza. Todo era perfecto, la luz, los aromas, la temperatura, la compañía… De repente veo unas pequeñas hormigas que deambulan de forma errática por el suelo pavimentado en busca, casi seguro, de las sobras de anteriores comensales del establecimiento hostelero. En ese momento, sin haberse percatado aún de mi repentino interés, mi esposa se levanta para ir a lavarse y aprovecho la oportunidad:
De inmediato, monto mi “antcatcher” y a la vista de otros "parroquianos", empiezo a aspirar estas hormigas que cada vez presiento más interesantes, más que por su tamaño y forma, por su comportamiento... Al cabo de unos segundos los citados parroquianos (extranjeros todos ellos) me indican, no sin cierta alarma, rincones donde habían más hormigas. Viene una amable camarera y me pregunta que qué había perdido o qué es lo que estaba buscando, al enseñarle el interior transparente de mi “atrapahormigas” casero, vislumbro a unos cuantos metros de distancia a mi "sufrida"… Bueno, para no entrar en detalles, digamos que me vi en la obligación de agasajarla y obsequiarla a la, por cierto, estupenda comida.

Más abajo pongo una foto de la hormiga en cuestión, (muestra LZ#84) aunque casi seguro que si buscan en YouTube (sobre todo en alemán e inglés :-) encontrarán varios videos recientes de cómo un “tipo” atrapa hormigas en un buen restaurante lanzaroteño… Ante el estupor y alarma de varios turistas :-)

Como no veo claro que especie puede ser (me recuerdan mucho a cierta hormiga que ví en un reciente viaje a las Bahamas), procedo a enviar algunos ejemplares en alcohol al Dr. Espadaler. Amablemente, pocos días después, me responde que se trata de Paratrechina longicornis (Latreille, 1802), confirmando así mis sospechas.

Paratrechina longicornis (LZ#84)

Paratrechina longicornis o “longhorn crazy ant” (hormiga loca de cuernos o antenas largas) es una especie cosmopolita, de hecho ya he comentado que la había visto con anterioridad en alguna de las islas Bahamas. No se sabe con exactitud de donde es originaria, pero actualmente se la considera procedente del sudeste asiático; es falso por tanto atribuir su origen, como he leído en algunas webs, en Centroamérica. Actualmente se la considera una plaga (al menos en EEUU) y se distribuye tanto por zonas templadas  de ambos hemisferios, como tropicales (Africa, Asia, América, Australia e incluso Polinesia), pero generalmente en hábitats  muy degradados por la acción del hombre. En la Península Ibérica se distribuye por el sudeste mediterráneo (Málaga, Almería) y además también ha sido citada su presencia en las islas Baleares. Son hormigas formicinas (un solo pecíolo),  poligínicas, oportunistas y realmente omnívoras. Las obreras son monomórficas, tienen un tamaño inferior a 3mm, son de color marronáceo tirando a oscuro y presentan pilosidad suberecta(*) por todo el cuerpo. Las patas y, como su nombre específico indica, las antenas son muy largas (de 12 artejos y sin maza). El escapo de las antenas al menos es 1.5 veces más largo que la cabeza, los ojos grandes (30% de la longitud cefálica), las mandíbulas de 5 dientes. Propódeo sin pelos ni espinas y el peciolo en forma de cuña y hacia delante. Sin aguijón pero con acidóporo.

A este grupo, el de las “hormigas locas”, se las llama así por la forma de conducirse, parecen erráticas y cuando se sienten amenazadas se mueven muy rápido sin aparente rumbo ni sentido. Las dos veces que las he visto en libertad no suelen formar “pistas”, más bien las obreras forrajean solas y solo cuando encuentran alguna presa demasiado grande reclutan a algunas compañeras para transportar entre todas el botín al nido.

(*): Anoto para una próxima entrada en este blog, definir los distintos tipos de pilosidad en las hormigas, ésta es importante pues puede ser incluso un carácter diagnóstico en algunas especies.


Bibliografía:

Espadaler X. & V. Bernal (2003). Exotic ants in the Canary Islands (Hymenoptera, Formicidae). VIERAEA 31: 1-7. VIERAEA Volumen 31 (2003). Disponible en:

Wetterer JK. 2008. Worldwide spread of the longhorn crazy ant, Paratrechina longicornis (Hymenoptera: Formicidea). Myrmecological News 11: 137-149. Disponible en:


Agradecimientos:

Gracias al Dr. Espadaler que amablemente me ha ayudado con la identificación de las especies recolectadas durante este viaje. 


Con estas 7 entradas y para no extenderme más, doy por terminada la crónica de este viaje a Lanzarote (2012) repleto de anécdotas, donde además hemos podido reunir turismo y afición mirmecológica sin excesivos problemas.

lunes, 13 de febrero de 2012

Anatomía general de las hormigas (5): Patas.

Bueno, teníamos esta serie de entradas, correspondientes a la anatomía de las hormigas  un poco “huérfana”, así que vamos a darle un empujoncito:


“Clic” en la imagen para agrandar

La coxa (nº1 en la imagen precedente) es el primer segmento que une la pata de una hormiga con el tórax, recordemos que cada segmento del tórax tiene asociado un par de patas. Le sigue el trocánter (2) que articula al fémur (3) con la coxa, Más abajo del fémur está la tibia (4) que alberga la glándula metatibial (5) y los espolones (6) o espuelas tibiales (más o menos evidentes), muchas veces éstos sirven de “cepillos” limpiadores para antenas y del resto de la parte delantera del cuerpo de las hormigas. Finalmente, le siguen cinco tarsos (7), el último con dos uñas o garras (8) que pueden ser dentadas o pectinadas (*), éstas constituyen en algunos géneros de hormigas caracteres diagnósticos.

Y finalmente, la arolia (9): En muchas especies de hormigas puede observarse una callosidad entre las uñas que constituye una suerte de almohadilla adhesiva, ésta sirve para escalar superficies lisas verticales. A este respecto, algunas veces hemos visto fotografías de hormigas “trepando” por un cristal vertical, e incluso, aguantando “boca abajo”, en posición invertida, un peso considerable.


(*): Pectinado: se refiere cuando se está ordenado en un solo sentido. Por ejemplo, un peine tiene orientadas todas sus púas en un solo sentido.

jueves, 9 de febrero de 2012

Viaje a Lanzarote (6). Museo Aeronáutico.

Continuamos con la "crónica mirmecológica" del reciente viaje a Lanzarote a principios de enero de 2012:
 
Pues ¿qué mejor que empezar el día después de la festividad de “reyes” con una visita al Museo Aeronáutico de Lanzarote? Pues allá que nos vamos sin sospechar que debido a dicha celebración sería difícil franquear las puertas de un establecimiento público… ¡Cerrado!
 
Ante tamaña “desconsideración” (estoy tratando de ser sarcástico) de los funcionarios encargados, o de mi “supina ignorancia”, esperamos un rato en la puerta, cuando de repente, pude ver unas pequeñísimas hormigas (2-3mm aprox.) que correteaban a pleno sol por la acera. Rápidamente -a estas alturas ya he aprendido-  saqué mi pequeño “ant-catcher” (los aficionados a la entomología seguro que saben a lo que me refiero) y me puse a colectar, mejor dicho, a aspirar estas pequeñas hormigas. Ya desde este momento me doy cuenta, por su tamaño y comportamiento, de que es una especie totalmente desconocida para mí; es lo que tiene viajar lejos de tu domicilio: Encuentras especies nuevas y éstas a su vez alimentan aún más tu pasión.
 
Se trata de Cardiocondyla mauritanica Forel, 1890 (LZ#81), una pequeña hormiga omnívora que se está expandiendo, al igual que la hormiga argentina, por las zonas con clima mediterráneo incluida la Península Ibérica e Islas Baleares. El género Cardiocondyla puede diferenciarse de otras hormigas mirmicinas por su pequeño tamaño, y sobre todo por que el pospeciolo está muy engrosado respecto al peciolo (en vista dorsal es como mejor se aprecia), puede verse esta particularidad en la siguiente fotografía:


 Según leo en Hormigas.org (*), tiene además este género la particularidad de generar machos con dos formas claramente diferenciadas: los machos comunes alados y otros de tipo ergatoide, sin alas.
 
Como ya he comentado al principio, siendo una especie en expansión; no se y tampoco he encontrado suficiente información sobre este tema, si la presencia de Cardiocondyla mauritanica afecta con el tiempo a otras especies de hormigas (como en el caso de la hormiga argentina). Pude observar una colonia de Messor minor var. hesperius Santschi, 1927 cercana (a pocos centímetros) y más bien parecía que ambas especies se ignoraban por completo; pero ojo, esto es solo una observación aislada, el tiempo y posteriores investigaciones despejarán la incógnita.
 
También en esta localidad, encontramos Monomorium subopacum (Smith, 1858) colectada como muestra LZ# 82, ya observada y referida en una anterior entrada: “Viaje a Lanzarote (3). Una parada en el talud de un volcán”. 
 
El género Monomorium destaca sobre todo por ser cosmopolita. Es “fácil” diferenciar sus especies en base al propodeo sin espinas ni abultamientos, el clípeo dividido verticalmente en dos facetas y la maza antenal de tres segmentos. La especie que nos ocupa tiene una distribución en la España peninsular en el cuadrante sur-oriental, además de estar ampliamente distribuida en las islas Baleares.
 
(*): Enlace muy recomendable: Hormigas.org - http://www.hormigas.org/ 
 
Bibliografía:
Radchenko, A. G. (1996). Palaearctic ants of the genus Cardiocondyla Emery. Entomological Review (Washington), 75(7): 99-109.
 
Seifert, B. (2003). The ant genus Cardiocondyla - a taxonomic revision of the C. elegans, C. bulgarica. C. batesii, C. nuda, C. shuckardi, C. stambuloffii, C. wroughtonii, C. emeryi, and C. minutior species groups. Ann. Naturhist. Mus. Wien, 104B: 203-338. 
 
Gracias como siempre al Dr. Espadaler que amablemente me ha ayudado con la identificación de algunas de las especies recolectadas en este viaje.

lunes, 6 de febrero de 2012

Construcción de un "ant-catcher" o aspirador para la colecta de hormigas.

Recientemente en una entrada de este blog, comentaba que recogía algunas muestras de hormigas con un aparato denominado (por los ingleses) “ant-catcher”. Dos seguidores me preguntan por la descripción de éste... Pues “dicho y hecho”, hoy vamos a ver como podemos fabricarnos un aspirador bucal para insectos de forma rápida y sencilla, pero sobre todo asequible.



En la siguiente imagen vemos las herramientas y materiales que utilizo para mi versión de este aparato:

Herramientas: Un taladro, una broca para madera de 10mm, una pistola de “termocola” con una o dos barritas de cola.

Materiales: Un filtro o aireador de grifo de agua (disponible aquí en las “tiendas de todo a cien” o en fontanerías) de los de rejillas metálicas, un bote de 50ml para recogida de muestras y análisis (farmacias), 2 prolongadores o acoples rectos para riegos de 12mm (se encuentran fácilmente en las tiendas suministradoras de material para riego de jardines), dos tubos flexibles (con un medio metro de cada tendremos de sobra) transparentes de 8 y 12 mm; yo los utilizo de diferente tamaño como explicaré más adelante, pero serviría perfectamente que ambos fuesen de 12mm.


 Montaje: Lo primero, con el taladro y la broca de 10mm hacemos dos agujeros en la tapa del bote, conviene dejar suficiente separación entre ellos para evitar que la tapa se agriete. Por otra parte desarmamos el “filtro de grifo” y encolamos una de las microrejillas metálicas a la base de una de las prolongaciones de riego como se ve en la siguiente fotografía. Esta será, lógicamente, por donde el aire será aspirado e impedirá que los insectos pasen a nuestra boca. A continuación insertamos los dos prolongadores en los agujeros de la tapa y los encolamos (para fijar mejor y que no haya fugas de aire), obsérvese que la microrejilla quedará en el interior del bote.




Dejamos enfriar la termocola (5 minutos) y ya solo queda insertar los tubos; el más fino (10mm) por dentro del acople de riego que no lleva pegada la rejilla metálica y el más grande por el exterior del otro acople (que sí lleva la rejilla). Como podemos imaginar, ésta sirve para no aspirar a nuestros pulmones ni hormigas ni otros cuerpos extraños. Uso los dos tamaños diferentes de tubo para mejorar la potencia (presión) de absorción y no equivocarme por cual he de aspirar. Además, las utilizo transparentes, para identificar rápidamente la intromisión de algún cuerpo extraño que pudiera entorpecer la acción normal del aparato.


 El funcionamiento es simple, por uno de los tubos (en mi caso el más grueso, el que va conectado a la rejilla), se aspira con la boca mientras que con el extremo del otro, se acerca y apunta al especimen que queremos capturar, éste será absorbido con facilidad.
Con un poco de práctica, graduando la distancia y la presión con la que aspiramos, no ha de absorberse demasiada tierra o polvo. Una precaución, hay que tener cuidado con algunas especies, Formica sp. por ejemplo, que una vez dentro del bote pueden expulsar mucho ácido en el interior, sobre todo si son muchas las capturadas, pudiendo hacernos sentir una desagradable sensación en nuestros pulmones al volver a aspirar (hay personas más o menos sensibles a estos ácidos).

Durante mis salidas, llevo varios botes de los utilizados para el “ant-catcher” vacíos con los que intercambio solo el envase, conservando la misma tapa mecanizada con los tubos para usar con una posterior colonia o especie. Suelo “mojar” con talcohol los bordes internos de los envases y tapas, para dificultar que las hormigas trepen y caigan fuera durante dicho cambio.


Una anotación: Aunque con este aparato pueden colectarse muchísimas hormigas en breve tiempo, hay que ser responsables y solo recoger las hormigas que necesitemos para su estudio. A no ser que seas un estudioso de la taxonomía mirmecológica y te encuentres con una especie a primera vista "muy, pero que muy rara", no tiene sentido colectar centenares (o miles) de hormigas. Por ejemplo para la identificación "normal" de hormigas, yo solo colecto 5-10 ejemplares (normalmente obreras) eligiendo tamaños o formas diversas cuando las hay.

Y para terminar, quería comentar además que éste es el "modelo" de aspirador que mejor me viene a mí, no digo que no hayan otros mejores, que por supuesto los habrá; pero éste, por facilidad de construcción, robustez y economía es el que mejor se adapta a mis necesidades cuando salgo al campo o de viaje... ¡Imaginación al poder!


En las imágenes adjuntas: Dibujo aparecido en el libro“Las Hormigas”, de S. H. Skaiffe. Siguientes fotografías: Materiales, herramientas y proceso de fabricación de un aspirador bucal para insectos o “ant-catcher” según el texto ("Click" en las imágenes para agrandar).

viernes, 3 de febrero de 2012

Salida al Delta del Ebro, hoy toca climatología adversa.

En la Península Ibérica, tanto el pasado otoño como lo que llevamos de invierno, puede definirse como anómalo; muy poca lluvia en general y sobre todo temperaturas muy superiores a la media registrada históricamente. La verdad es que espero que en lo que queda de invierno (apenas dos meses) se “encarrile” la climatología de alguna manera. Bueno, como “no hay mal que por bien no venga”, decidimos pasar el fin de semana pasado en Sant Carles de la Rápita (Tarragona).

El domingo (29/01/2012), para probar el macro de una posible nueva cámara fotográfica y sobre todo, para constatar que nunca es bueno dar por hechas algunas afirmaciones sobre el estado del tiempo (y su temperatura :-) (*), salimos a recorrer la zona sur del delta del río Ebro.

Temprano por la mañana, andando hacia nuestro vehículo con bastante “fresquito”, pude observar en un pequeño parque urbano (ver en el mapa, punto 1), unas “pistas”, ahora desiertas, que unen varios hormigueros de Messor barbarus (Linnaeus, 1767). Como digo, estas pistas conducen de uno a otro hormiguero (se interconectan al menos 10 ó 12), por pasillos de más de 10 metros de longitud. Me pregunto si estas pistas habrán sido habilitadas por las hormigas al objeto de cambios de nidos, saqueos de nidos colindantes o simplemente es el resultado de una gran colonia policálica. No he leído hasta ahora ninguna publicación que apunte a tal eventualidad en esta especie, pero un conocido (Jean Yves) me escribió no hace mucho sobre este tema; anoto mentalmente intentar hacer alguna comprobación para la próxima primavera o verano.


Ya con el vehículo en marcha, hicimos una primera parada en un bar al lado de la Lonja del puerto de pescadores (punto 2 del mapa), más que nada para reunir fuerzas… Esto de la Mirmecología a veces es muy cansado, además nunca sabes a que hora volverás :-) Ahí mismo, sentado en una soleada terraza, al abrigo del viento, he descubierto una larga procesión de hormiga argentina, Linepithema humile (Mayr, 1868) y un poco más allá, mientras paseaba intentando “predigerir” los chipirones en su tinta y las dos jarras de cerveza (¡sin alcohol!) que me he pimplado, he visto unas minúsculas  hormigas que me parecen claramente pertenecientes al género Temnothorax, recojo  unas muestras en alcohol para identificarlas posteriormente a la lupa binocular y volvemos al coche para seguir camino.

Tomamos la primera desviación a la derecha en dirección hacia el Parque Natural del Delta del Ebro. Nuestra primera parada “formal” (punto 3), la hacemos en la desembocadura del canal de la laguna de la Encañizada (Bassa de l'Encanyissada). Aquí pudimos observar, a pocas decenas de metros, una gran concentración de flamencos que intentaban resguardarse del fuerte viento imperante. Después de un largo paseo, no pudimos constatar la presencia de ninguna especie de hormiga. Más adelante estuvimos paseando por la playa de El Trabucador (4), llegamos hasta las salinas de la Trinidad (5) y retornamos a la playa de los Eucaliptos (6) con idéntico resultado… Al parecer y dado el fuerte y frío viento imperante ninguna hormiga se dejaba ver. Dado ya lo avanzado del día, volvimos hacia Sant Carles de la Rápita, por una carretera diferente, que nos permitió llegar hasta “Els Ullals de Baltasar” (7). Aquí en una zona que conocíamos de anteriores ocasiones descubrimos fácilmente en plena actividad a la hormiga argentina. De mis lecturas sobre esta especie daba por supuesto (no se el porqué) de que ésta no tenía actividad a bajas temperaturas, sin embargo observo que aprovechando zonas abrigadas del viento, estas hormigas se dedicaban sin recato alguno a sus múltiples tareas. Me sorprendió además que al menos uno de cada tres especímenes observados en esta zona (y en esta época), portaba a un semejante (fotos 2 y 3, disculpad la mala calidad de las imágenes), bien fueran adultos, larvas o pupas (¡!), transportándolos de esta guisa de lado a lado, o mejor dicho, hacia otros abrigos u hormigueros.




Me da que pensar que aunque la temperatura ambiental era bastante baja (inferior a 10ºC) estas hormigas aprovechan cualquier día despejado, incluso durante el invierno, para proseguir más o menos con su actividad diaria, muy al contrario de otras especies autóctonas que en cuanto bajan las temperaturas varios días seguidos entran en hibernación… Me imagino que esta conducta ayuda en su éxito en la colonización de la Europa mediterránea en detrimento de las especies autóctonas. Tengo ganas de que llegue la primavera siguiente para constatar la presencia en esta zona de especies autóctonas… ¡Si es que queda alguna!


(*): En el momento de redactar esta entrada, ha entrado en la Península Ibérica una "ola de frío siberiano" que ha hecho bajar drásticamente las temperaturas.