viernes, 3 de febrero de 2012

Salida al Delta del Ebro, hoy toca climatología adversa.

En la Península Ibérica, tanto el pasado otoño como lo que llevamos de invierno, puede definirse como anómalo; muy poca lluvia en general y sobre todo temperaturas muy superiores a la media registrada históricamente. La verdad es que espero que en lo que queda de invierno (apenas dos meses) se “encarrile” la climatología de alguna manera. Bueno, como “no hay mal que por bien no venga”, decidimos pasar el fin de semana pasado en Sant Carles de la Rápita (Tarragona).

El domingo (29/01/2012), para probar el macro de una posible nueva cámara fotográfica y sobre todo, para constatar que nunca es bueno dar por hechas algunas afirmaciones sobre el estado del tiempo (y su temperatura :-) (*), salimos a recorrer la zona sur del delta del río Ebro.

Temprano por la mañana, andando hacia nuestro vehículo con bastante “fresquito”, pude observar en un pequeño parque urbano (ver en el mapa, punto 1), unas “pistas”, ahora desiertas, que unen varios hormigueros de Messor barbarus (Linnaeus, 1767). Como digo, estas pistas conducen de uno a otro hormiguero (se interconectan al menos 10 ó 12), por pasillos de más de 10 metros de longitud. Me pregunto si estas pistas habrán sido habilitadas por las hormigas al objeto de cambios de nidos, saqueos de nidos colindantes o simplemente es el resultado de una gran colonia policálica. No he leído hasta ahora ninguna publicación que apunte a tal eventualidad en esta especie, pero un conocido (Jean Yves) me escribió no hace mucho sobre este tema; anoto mentalmente intentar hacer alguna comprobación para la próxima primavera o verano.


Ya con el vehículo en marcha, hicimos una primera parada en un bar al lado de la Lonja del puerto de pescadores (punto 2 del mapa), más que nada para reunir fuerzas… Esto de la Mirmecología a veces es muy cansado, además nunca sabes a que hora volverás :-) Ahí mismo, sentado en una soleada terraza, al abrigo del viento, he descubierto una larga procesión de hormiga argentina, Linepithema humile (Mayr, 1868) y un poco más allá, mientras paseaba intentando “predigerir” los chipirones en su tinta y las dos jarras de cerveza (¡sin alcohol!) que me he pimplado, he visto unas minúsculas  hormigas que me parecen claramente pertenecientes al género Temnothorax, recojo  unas muestras en alcohol para identificarlas posteriormente a la lupa binocular y volvemos al coche para seguir camino.

Tomamos la primera desviación a la derecha en dirección hacia el Parque Natural del Delta del Ebro. Nuestra primera parada “formal” (punto 3), la hacemos en la desembocadura del canal de la laguna de la Encañizada (Bassa de l'Encanyissada). Aquí pudimos observar, a pocas decenas de metros, una gran concentración de flamencos que intentaban resguardarse del fuerte viento imperante. Después de un largo paseo, no pudimos constatar la presencia de ninguna especie de hormiga. Más adelante estuvimos paseando por la playa de El Trabucador (4), llegamos hasta las salinas de la Trinidad (5) y retornamos a la playa de los Eucaliptos (6) con idéntico resultado… Al parecer y dado el fuerte y frío viento imperante ninguna hormiga se dejaba ver. Dado ya lo avanzado del día, volvimos hacia Sant Carles de la Rápita, por una carretera diferente, que nos permitió llegar hasta “Els Ullals de Baltasar” (7). Aquí en una zona que conocíamos de anteriores ocasiones descubrimos fácilmente en plena actividad a la hormiga argentina. De mis lecturas sobre esta especie daba por supuesto (no se el porqué) de que ésta no tenía actividad a bajas temperaturas, sin embargo observo que aprovechando zonas abrigadas del viento, estas hormigas se dedicaban sin recato alguno a sus múltiples tareas. Me sorprendió además que al menos uno de cada tres especímenes observados en esta zona (y en esta época), portaba a un semejante (fotos 2 y 3, disculpad la mala calidad de las imágenes), bien fueran adultos, larvas o pupas (¡!), transportándolos de esta guisa de lado a lado, o mejor dicho, hacia otros abrigos u hormigueros.




Me da que pensar que aunque la temperatura ambiental era bastante baja (inferior a 10ºC) estas hormigas aprovechan cualquier día despejado, incluso durante el invierno, para proseguir más o menos con su actividad diaria, muy al contrario de otras especies autóctonas que en cuanto bajan las temperaturas varios días seguidos entran en hibernación… Me imagino que esta conducta ayuda en su éxito en la colonización de la Europa mediterránea en detrimento de las especies autóctonas. Tengo ganas de que llegue la primavera siguiente para constatar la presencia en esta zona de especies autóctonas… ¡Si es que queda alguna!


(*): En el momento de redactar esta entrada, ha entrado en la Península Ibérica una "ola de frío siberiano" que ha hecho bajar drásticamente las temperaturas.