sábado, 30 de junio de 2012

Vuelo nupcial masivo en Zaragoza.


Un día antes de “emigrar” a nuestros “campos de veraneo” en la playa (hacia el 18 de junio), estuvo lloviendo en Zaragoza. Al atardecer, cuando ya había despejado la lluvia, podían verse algún macho y numerosas jóvenes reinas de Lasius vagabundeando por el suelo en busca de cobijo y un lugar para fundar una nueva colonia. Muchas no sobrevivieron a los depredadores y oportunistas: Pájaros e incluso algún gato callejero que ha querido complementar su magra dieta con este "maná" repentino y caído del cielo (…¡Nunca mejor dicho!).




Tampoco otras especies de hormigas (Tapinoma, Pheidole, Aphaenogaster, Temnothorax e incluso las mismas Lasius) han querido desaprovechar este recurso y así algunas jóvenes reinas, bien aquellas que fueron pisadas y aplastadas por los peatones o simplemente reducidas y atrapadas por obreras de algún que otro hormiguero, han perecido sin perpetuar los genes de su colonia.


Efectivamente, no puedo evitar meditar al contemplar como una joven reina de Lasius (quizás Lasius grandis Forel, 1909) aún viva, es descuartizada por las obreras de una colonia de Pheidole pallidula (Nylander, 1849). Ella fue alimentada, cuidada y mimada durante meses por sus hermanas en el interior de su nido de origen, ella atesoraba en su interior el acervo genético de su colonia… Para terminar así, tan bruscamente y a las pocas horas de haber echado a volar.




A primera vista podría parecer un derroche de energía y por tanto un despropósito en la dura lucha por la supervivencia, pero gracias a esta joven reina, quizás otra hermana haya podido salvarse y conseguir fundar una nueva colonia que perpetúe sus ancestrales genes... Pues al fin y al cabo, de eso se trata ¿no?


martes, 19 de junio de 2012

Una gran colonia de Camponotus cruentatus.


Bueno, pues la semana pasada, transitando por la sierra de Alcubierre, me detuve en una arboleda de coníferas recién “aclarada”; esto es: Se van cortando árboles (“aclarando”) según crecen las copas para dejarles más espacio y que el suelo llegue a recibir la luz del sol. No es una práctica que me entusiasme pero bueno, peor sería que no hubiesen árboles. Como decía, he parado y me he acercado hasta un pino sobresaliente entre sus hermanos por su mayor corpulencia y porte, cuando he observado muchas obreras de Camponotus cruentatus (Latreille, 1802) en su tronco.

Hasta ahora solo tenía fotos de obreras de esta especie aisladas y forrajeando por el suelo, así que he decidido detenerme y tomar algunas imágenes en su deambular ordenado subiendo y bajando. Estas subidas y bajadas tienen como finalidad la búsqueda de alimento, pues las Camponotus se nutre fundamentalmente de excreciones de áfidos (aunque también de insectos muertos o moribundos); esto se puede ver por la diferencia en tamaño de los gásteres de las que suben (normales) de las que bajan (hinchados de melaza de pulgón), luego regurgitarán la comida para compartir y alimentar a sus hermanas en lo que se denomina trofalaxia, una actividad muy importante para los insectos sociales.


Un poco más tarde he querido seguir a algunas obreras que bajaban por el tronco con el gáster distendido para observar la entrada de su nido, pero sin éxito. Ando de aquí para allá alrededor del pino superviviente cuando de repente “caigo” (y nunca mejor dicho :-) en que parte del terreno circundante está mucho más blando de lo normal… Me agacho y excavo con la mano (así de inconsistente es el estado del sustrato) o mejor dicho, aparto un poco de tierra de la superficie y rápidamente salen cientos de obreras de Camponotus cruentatus a la defensa contra el intruso que amenaza su colonia. Quien no haya visto una colonia semejante por su gran extensión y sobre todo por el tamaño de sus integrantes (casi todas rondando los 20 mm.) no sabe a lo que me refiero… En pocos segundos, decenas de hormigas suben por mis manos y las perneras de mis pantalones con no demasiadas buenas intenciones. Visto lo cual, decido “tomar las de Villadiego” y alejarme dando grandes (y cómicas) zancadas hasta un lugar seguro sito algunos metros más allá.


Cuando por fin me deshago de mis “despiadadas inquilinas corporales” (¿pero cómo una hormiga tan grande ha podido colarse hasta ahí? :-), reparo en la extensión de la colonia. Poco a poco me acerco hasta su límite y lo bordeo, cuando alzo la vista, no doy crédito a lo visto: ¡El perímetro de la colonia tiene un poco más de 14 metros cuadrados! Las hormigas están a muy poca profundidad (5-15cm.) y esencialmente el gran hormiguero contiene miles y miles de obreras pero también bastantes alados (sexuados) que rápidamente se esconden y sobre todo, numerosos capullos de larvas de estas hormigas (*) que sus hermanas obreras tratan de defender y esconder, por cierto, con rotundo éxito. Tomo unas pocas fotografías y apuntes (sobre todo de su extensión y orientación), marco el lugar con el gps y me decido a seguir mi camino… Después de unas horas, llego a mi casa, me preparo un refresco, sin azúcar, sin cafeína, etc. cuando de repente, noto “algo” que recorre mi piel por debajo de la ropa: ¡Oh, Oh…!



(*): Hay que recordar que las larvas de las hormigas de la subfamilia Formicinae (un solo peciolo entre el mesosoma y gáster) completan su desarrollo en el interior de un capullo hilado por ellas mismas.

jueves, 14 de junio de 2012

Principio de San Mateo aplicado a la Ecología (Ramón Margalef).


"Porque al que tiene, se le dará más y abundará; y al que no tiene, aun aquello que tiene, le será quitado". Mateo [13,12].

Esta cita de la Biblia conmueve, impresiona que un texto cristiano exprese sin rodeos ni equívocos, que un hombre pobre terminará indefectiblemente aún peor (en este mundo). En el capítulo 25, versículo 29 del mismo Evangelio de San Mateo se da una repetición casi exacta de la cita anterior; también San Marcos [4,25] y San Lucas [8,18 y 19,26] repiten en parecidos términos.

Mucho tiempo después, quien propuso el llamado "Efecto Mateo" por primera vez (que yo sepa) al campo de la Sociología aplicada a la Ciencia, fue el autor norteamericano Robert K. Merton en un artículo muy conocido publicado en 1968 en relación con la recompensa en la Ciencia (*).

El “Efecto Mateo”, se aplica hoy día a numerosos ámbitos de la sociedad actual: Información, Política, Tecnología, Economía, Educación, Finanzas... ¡Guerras! Sobre todo si lo aplicamos a “Grupos” más que a “Unidades” podremos advertir su verdadero potencial: Se establece entonces que cuando dos Sistemas interactúan, la información aumenta relativamente más en el que ya era más complejo, éste parece alimentarse del más simple y puede asimilarlo o terminar devorándolo. Así, el subsistema más complejo mantiene durante el proceso el control del sistema entero, hace mejor uso de la información, la asimila y la conserva mejor y la multiplica relativamente más (**).

Ramón Margalef (1919-2004), catedrático de la Universidad de Barcelona, adaptó la “Teoría de la Información” (Shannon y Warren de finales de los 40’) al campo de la Ecología (mediados de los 50’). Con el tiempo fue perfeccionando y aglutinando más y más modelos matemáticos para una misma población en estudio, resultando entre otros lo que hoy día se denomina “Principio de San Mateo aplicado a la Ecología”.

Para ilustrar con un ejemplo de “primera mano”, a una escala muy pequeña y sin intención de restar categoría o importancia a esta gran contribución para la Ciencia, os comento una pequeña muestra: Llevo siguiendo desde hace casi tres años una serie de colonias de Messor barbarus (Linnaeus, 1767) en un solar sin construir cerca de mi domicilio. Aprovechando que está muy bien demarcado por varios equipos de topografía que allí hacen prácticas, cada pocas semanas dibujo un croquis de los diferentes nidos que esta especie ocupa en este lugar, constatando fácilmente la variación que se ha producido durante todo este tiempo, tanto en el número de nidos como el la dirección de sus pistas de forrajeo. Me he dado cuenta de que después de este período, los nidos supervivientes son cada vez más grandes además de la ya práctica inexistencia de los más pequeños o jóvenes que no consiguieron superar el siguiente invierno después de su fundación: Las colonias más recientes o más pequeñas en número de integrantes son eliminadas bien por batallas por el control del territorio o por competencia por los recursos alimenticios existentes, Las colonias más grandes triunfan invariablemente en esta lucha por la supervivencia.

Quizás no es algo muy diferente a lo que ocurre en el género humano, ¿Pero acaso no somos ambos animales sociales?

 
En las imágenes anteriores, colección completa de cromos Liebig, en francés, sobre "el mundo de las hormigas" (1932).


Notas y Enlaces:

(*): Merton, Robert K. (1968). The Matthew Effect in Science. Science 159 (3810), 56–63.

(**): Adaptado de: Josep Peñuelas Reixach (1988). De la biosfera a la antroposfera: Una introducción a la Ecología, 287 pgs. Ed. Barcanova. ISBN: 9788475334004.




Para ampliar un poco más: “El concepto de información en la ecología margalefiana” por el Dr. Jordi Flos Bassols (Departament d’Ecologia. Universitat de Barcelona):

Listado de las publicaciones del Profesor Ramón Margalef:

lunes, 11 de junio de 2012

Otra salida al Delta del Ebro.


Junto a unos amigos, Idoia y Javier, tal y como comenté en la anterior entrada, hemos pasado el fin de semana en Sant Carles de la Rápita (Tarragona).

Ya en pleno Delta del Ebro, concretamente en la “Playa de los Eucaliptos” (*) pudimos disfrutar de unas mañanas de playa con brisa fresca (**) muy apropiada para deportes de vela y viento. Es gracias a estos vientos provenientes del mar y por tanto muy húmedos, que pueden llegar a desarrollarse en plena arena de la playa algunas manchas de vegetación aislada, estas zonas superiores del litoral están constantemente influenciadas por los vientos e incluso las olas del mar llegan hasta aquí en períodos de tormenta.

Como no, las hormigas encuentran su lugar aquí; extraña ver sus hormigueros excavados en plena arena e interconectados entre sí (colonias policálicas) por pistas encauzadas también en la misma arena. Las responsables esta vez son hormigas del género Tapinoma (Dolichoderinae). No he podido identificarlas hasta ahora a nivel de especie ya que me encuentro con algunos caracteres mixtos (además de mi falta de experiencia, claro) que no me llevan a un resultado satisfactorio. 

En “el campo”, o mejor dicho, en la playa, he intentado seguir a estas hormigas para ver de qué se alimentaban pero sin éxito, parecía que solo se desplazan de uno a otro nido. He revisado los tallos y hojas de las plantas circundantes sin ver siquiera un solo pulgón (al menos en esta época) al que pudieran pastorear, tampoco he visto residuos humanos por las inmediaciones. Imagino que estas hormigas se comportarán como merodeadores totalmente oportunistas que no desecharán ninguna fuente potencial de alimento: cadáveres, semillas, desperdicios arrojados por el viento, etc. No he querido excavar ningún hormiguero para ver que alimento almacenaban en el subsuelo pues me parecía que ya tenían bastante acarreando constantemente arena desprendida desde el interior.






De todas formas, como este próximo verano pasaremos alguna temporada más por este lugar, estaremos más “al tanto” e intentaremos observar mejor la biología y "cotidianeidad" de estas intrépidas y desafiantes hormigas capaces de colonizar este difícil medio.


(*): Coordenadas geográficas: 40°38'43.45"N -  0°45'51.12"E

(**): En argot náutico se suele utilizar la escala Beaufort de intensidad del viento; así, “brisa fresca” corresponde a una velocidad del aire entre 29 y 31 Km/h.

jueves, 7 de junio de 2012

Hay que ser más estricto. Diferencias entre Camponotus foreli y Camponotus aethiops.


Quería comentaros una anécdota que me ocurrió hace algunos días. En una reciente salida de campo, colecté en una única muestra (#SHU284), lo que creía eran tres obreras de Camponotus foreli Emery, 1881, al llegar a casa volví a identificarlas (en base a una de ellas) como tales e hice unas fotografías bajo la lupa binocular sin percatarme de que las otras dos integrantes de la muestra eran en realidad Camponotus aethiops (Latreille, 1798). La casualidad hizo que dos especies muy parecidas en tamaño y color, pero sobre todo en la coincidencia por ocupar aquí un mismo hábitat equivocaran mi identificación. 

Puede apreciarse fácilmente la diferencia entre ambas especies: Camponotus foreli tiene depresión mesopropodeal muy marcada, mientras que Camponotus aethiops, no.

Camponotus aethiops

Camponotus foreli
 
Ya sabéis que suelo aprovechar cualquier circunstancia para proponer una entrada a este blog. Además de entonar el “mea-culpa” por esta equivocación, se me ha ocurrido hacer dos fotografías con el doble propósito de mostrar la diferencia entre ambas y sobre todo para subrayar la necesidad de un total rigor cuando se quiere obtener algún resultado en Ciencias… Algún día hablaremos sobre el “Método Científico”.

Bueno, pues este “finde” a la “playita” con unos amigos, a ver si a la vuelta puedo contaros algo respecto a las hormigas.

lunes, 4 de junio de 2012

Todo un fin de semana “de lujo” 2/2. El Moncayo.


En una anterior entrada en este Blog, intenté hacer un escueto resumen sobre la primera jornada de un fructífero fin de semana, pleno de aprendizaje gracias a los consejos y enseñanzas de Xavier Espadaler. Como “lo prometido es deuda”, continuo ahora con el resumen de la segunda jornada:

…Al día siguiente temprano, nos dirigimos hacia el Parque Natural de la Dehesa del Moncayo. Desde el “Santuario de Nuestra Señora de la Virgen del Moncayo”, convinimos en subir hacia la cumbre hasta el límite de la vegetación arbórea, a unos 1850 msnm. Es éste un paraje del terciario formado por un macizo aislado, muy rocoso (areniscas, cuarcitas y pizarras) y sobre todo interesante para nosotros por lo pobre –históricamente- en registros mirmecológicos.

Durante la subida, predominaban desde el principio las especies del género Formica; F. exsecta Nylander, 1846; F. fusca Linnaeus, 1758; F. rufa Linnaeus, 1761; que tapizaban literalmente el suelo manteniendo este totalmente limpio. Yo espero que algún día, tanto las administraciones implicadas como los ciudadanos tomemos en consideración el gran servicio que prestan estos animales en la regulación del medio, manteniendo limpio y a raya de plagas estas masas boscosas por desgracia, cada vez menos extensas.

Nido Formica exsecta

Gracias a los constantes consejos e infinita paciencia de Xavier, pudimos observar especies “raras” que seguramente hubieren pasado inadvertidas para mí. Además, imaginaros la gran ventaja que supone el observar o recoger muestras en las que con mucha certeza y muy pocas dudas te dicen a que especie, o cuando menos, a qué género pertenecen, argumentando las diferencias con otras semejantes... ¡Eso sí es enseñar!

Xavier tomando unos apuntes...Obsérvese al fondo “la pendiente”.

Por otro lado, también encontramos bien representado al género Myrmica, concretamente M. sabuleti Meinert, 1846; M. wesmaeli Bondroit, 1918  y más tarde M. scabrinodis Nylander, 1846. En el momento de escribir esta entrada, estoy observándolas bajo la lupa binocular. Como bien me ha dicho Xavier, contrasto claramente las proporciones y forma general del cuerpo (alargada y con cabeza más o menos grande).

Myrmica sabuleti a la lupa

Durante el descenso hacia la base, hicimos varias paradas y pudimos prospectar, a diferentes alturas, en masas de pinos (algunos con bolas de muérdago entre sus ramas ;-), hayas y algunos jóvenes robles, proporcionándonos varias especies de  Formica, Temnothorax, Tapinoma, Lasius y al menos, una visión conjunta y preliminar del área visitada. Como dato curioso, no encontramos en esta ocasión ninguna Camponotus …Habrá que seguir prospectando.




Bueno, ya por la tarde; después de algunas anécdotas sobre la búsqueda y recordatorio del nombre de cierta especie vegetal parásita, disertaciones varias sobre el "Efecto San Mateo" y demás comentarios sobre el altruismo de los "estudiosos de los insectos sociales", dimos por terminada la jornada. No quiero extenderme mucho más, “solo” comentar una vez más y agradecer al Profesor Xavier Espadaler la oportunidad renovada tanto de ampliar mis pobres conocimientos mirmecológicos como por el obsequio de su compañía.


Bibliografía recomendada para ambas entradas:
Espadaler, X. 1986. Formícidos de los alrededores de la Laguna de Sariñena  (Huesca). Descripción del macho de Camponotus foreli Emery (Hymenoptera, Formicidae). Col. Est. Altoarag. 6: 109-126.

Espadaler, X. 1997. Leptothorax caesari n.sp., a granivorous with apterous males (Insecta: Hymenoptera: Formicidae). Annalen der  Naturhistorisches Museum Wien 99B: 145-150.

Espadaler, X. 1997. Diagnosis de siete especies nuevas de hormigas. Zapateri 6 :151-153.

Espadaler, X. 1997. Fam. Formicidae. Catalogus entomofauna aragonensis 13: 13-21.

Espadaler, X. 1999. Hormigas (Hymenoptera, Formicidae) de los Monegros. Boletín Sociedad entomológica Aragonesa  24: 151-152.



Enlaces recomendados:

Pueden obtenerse casi todos los trabajos de Xavier Espadaler en el siguiente enlace:

Web sobre el parque Natural “Dehesa del Moncayo”: