Bueno, parece que durante el
próximo verano vamos a aterrizar en bastantes ocasiones por estas tierras. Pero
esta vez, lejos de la “monotonía” de especies de hormigas ya observadas en los
parques y alrededores de la población, tengo planeado adentrarme en unos montes
cercanos.
En primer lugar, hemos coincidido
con unos conocidos en el mismo San Carlos, después de “unas” cervecitas nos
dimos un paseo por el parque anexo a la playa. Mientras charlábamos
animadamente, no pude por menos que fijarme en unas hormigas, Formica sp. que estaban intimidando a
una colonia próxima, más o menos aislada, de Tapinoma. También pudimos ver en
las cercanías a algunas Plagiolepis y Temnothorax sp. deambulando a la caída de la
tarde. He recogido unas muestras que más tarde trataré de identificar.
Al cabo de unos días, ya
un poco cansado de tanta playa, accedimos por el “Camí de la Redona” hasta un
macizo montañoso cercano. En una pausa del camino aproveché para observar un
poco la mirmecofauna del lugar. Primero, en unos olivos cercanos pude ver
algunas Crematogaster scutellaris (Olivier,
1792), una preciosa especie de hormiga roja y negra muy característica de esta
asociación vegetal. En esta ocasión, no observé Camponotus lateralis (Olivier, 1792) que como ya he dicho
anteriormente suelen forrajear juntas. Además, en el suelo, varias colonias de Messor barbarus (Linnaeus, 1767) acarreaban semillas de diente de león (*).
Un poco más allá, al
levantar una piedra, pude observar una “vieja conocida”, se trataba de una especie de termita (Reticulitermes sp.) que ya había observado durante el año pasado en mi “querida” sierra de Alcubierre (Huesca)
y que ahora, después de unas recientes lluvias, parecía estar a gusto casi en
la superficie. En esta ocasión, no pude ver sexuados.
Más tarde, ya de vuelta hacia Zaragoza, nos desviamos por una carretera secundaria que nos llevó
concretamente desde la población de Prat del Comte hasta Bot (provincia de
Tarragona). Por el camino hicimos un alto y, debajo de una antigua torreta
eléctrica en desuso, pudimos identificar Plagiolepis
pygmea (Latreille, 1798) y Camponotus
aethiops (Latreille, 1798). Desde aquí nos dirigimos hacia la población de Bujaraloz
donde paramos en una antigua salina pudiendo observar y fotografiar a placer el
“típico binomio” Cataglyphis iberica (Emery,
1906) vs. Messor barbarus (Linnaeus,
1767). Las primeras se mantienen a unos 50 cm de la larga hilera y en cuanto detectan (el
sentido de la vista en Cataglyphis es espectacular) que alguna Messor
desfallece y/o es abandonada por sus compañeras, se abalanzan rápidamente en
pos del cadáver. Bueno, no quiero extenderme más; como podéis imaginaros una
salida bastante “entretenida” y es que la primavera es la mejor época
para observar a la mayoría de especies de hormigas y tanto mejor si variamos de
ambientes; ya se sabe: A diferentes alturas, diferentes especies vegetales, y a
diferentes especies vegetales, pues... ¡Diferentes especies de hormigas!
(*): Por
cierto, animo a los lectores a que averigüen el porqué del nombre vernáculo
“diente de león”, es ciertamente curioso.