Continuando con la serie de “primeros hormigueros artificiales” he encontrado esta entrada que no “vio la luz” en su momento. Esta entrada fue redactada hacia junio de 2010:
“…Pues la otra mañana, paseando con mi sobrino (esas “supuestas”
ventajas de tener tiempo libre…) de apenas 5 primaveras, entramos en una tienda
de las de “todo a cien”. El “interfecto”, o sea, mi pariente consanguíneo mucho
más joven que yo, se quedó mirándome con ojos de cervatillo al tiempo que
señalaba -como quien no quiere la cosa- un pequeño juguete. Como los cargos de
conciencia (los míos, claro) juegan a veces malas pasadas, accedí con un gesto
magnánimo y le terminé comprando el dichoso juguete.
Como era de esperar, a los pocos metros de la salida
del comercio, el crío se olvidó por completo del regalo y tuve que cargar con éste
mientras nos dirigíamos a casa a comer; eso sí, rogando para mis adentros por
la rápida vuelta (intacta) de la “mamá de Bambi”.
Huelga decir, que en cuanto el infante de corta edad percibió
mi repentino interés por el aparatejo en cuestión, empezó, por arte de magia, a
aumentar de la misma manera el suyo por el poco antes casi olvidado cachivache.
Tras una corta “negociación” que desembocó, -acaso lo dudaban ustedes-, en un
desembolso pecuniario al menos cuadriplicado por mi parte (“este niño llegará
lejos”, pero por Dios, no se lo digan a su madre…), pude al fin hacerme “en
propiedad” con el chisme en cuestión.
Describo aquí el resultado: Se trata de 5
compartimientos de plástico transparente cada uno con su tapa independiente y reunidos
entorno a un sexto recipiente que lógicamente destinaré a la provisión de agua.
Unos pequeños agujeros hechos con ayuda de la socorrida “Dremmel” (pequeño
taladro) para conectar los diferentes departamentos “¡Et, voilà! ”… Un
estupendo hormiguero “aéreo” (irá suspendido del techo) para mi colonia #11 de
Pheidole pallidula, una colonia fundada durante el año pasado cuya población ha
“explotado” con la primavera y que ya empezaba a estar un poco “apretada” en su
tubo de ensayo original”…
Pheidole pallidula (Nylander, 1849) es una pequeña hormiga mirmicina cuyos tamaños oscilan
de 1.5 a
3mm las obreras, hasta 5mm los soldados (por tanto fuertemente polimórficas) y 7-9mm
las reinas. Son igualmente variables en la coloración, que puede varia desde el
color marrón claro al rojo fuerte. Son características las mandíbulas muy oscuras
en los soldados. Es propia del sur de Europa (clima con influencia mediterránea)
y omnívora (come sobre todo insectos) no desperdiciando frutos ni semillas. Suelen
hallarse debajo de las piedras y raíces de plantas en terrenos parcialmente
arenosos.
Aunque yo nunca he observado
más de una reina por nido, algunos
observadores reportan casos de poliginia que parecen abundar según lugares. Los
vuelos nupciales en la Península Ibérica se dan desde finales de la primavera
hasta principios de otoño, es característica de esta especie la rapidez con la
que emergen las primeras obreras (nurses), apenas en un mes.
En cautividad son hormigas
fáciles de mantener, muy prolíficas y especialmente hábiles para escapar. A mí
me ha ido bien la marcha de mi colonia con una humedad baja o media y además
hay que prestar especial atención a que no les falte la comida, pues en tal
caso, rápidamente empiezan a consumir por este orden: huevos, larvas y soldados.