Como he comentado en una anterior entrada, estoy “repasando” mis primeros hormigueros artificiales que en su día sirvieron para adquirir experiencia en el mantenimiento de colonias de hormigas en cautividad.
Hoy, haciendo un poco de limpieza en un apartado armario, he encontrado el “prototipo” de uno de mis primeros hormigueros, se trata de un pequeño (18 X 24 cm.) portafotos al que en vez de foto puse una fina (5mm) lámina de styropoor (“corcho blanco”) al que trabajé sus galerías con la ayuda de un soldador de estaño; un poco de pintura y un taladro (broca para vidrio= 2,5 euros) en el cristal delantero para dar salida del hormiguero a una caja de forrajeo y ya está… Eso sí, no es recomendable utilizar con especies de hormigas del tipo “carpinteras” [por ejemplo Camponotus cruentatus (Latreille, 1802)] pues existiría un apreciable riesgo de fuga.
Es un hormiguero que puede colocarse tanto en vertical (colgado de una pared) como de forma horizontal (encima de una mesa p. ejem.), cambiando por supuesto la orientación de la caja de forrajeo.
Camponotus cruentatus es una especie formicina de tamaño grande, reinas de 15-22mm y obreras muy polimórficas de 10 a 20mm. En la naturaleza puede encontrársela fácilmente cerca de zonas boscosas debajo de grandes piedras y tocones secos. Su alimentación se basa principalmente en líquidos azucarados (excrecciones de áfidos) e insectos en mayor o menor cantidad según la época del año. Son monogínicas y de fundación independiente. La obreras son muy belicosas y normalmente se defienden bien. Los vuelos nupciales se desarrollan entre junio y julio llegando en algunos casos concretos hasta mediados de agosto o principios de septiembre (obs. per. 2010). En cautividad hay que procurar sobre todo no pasarse con la humedad, tener cuidado de que las larvas puedan hilar sus capullos bien sujetos y además, muchos foros reportan carencias de sales minerales; yo nunca he tenido ese problema quizás por que alimento a mis hormigas con leche y miel y no con agua y azúcar.