viernes, 29 de julio de 2011

Salida al campo: Una vez más la Sierra de Alcubierre.

Entre las provincias de Huesca y Zaragoza se levanta la preciosa serranía de Alcubierre, es un lugar que me tiene “encantado” ya que la ruta que habitualmente sigo con mi pequeña moto de campo, atraviesa un frondoso bosque de coníferas jalonada con alguna carrasca (Quercus). Además de lo hermoso de sus paisajes, contiene una gran variedad de formícidos (hormigas)…¿Para qué más?

Ayer inicié la marcha desde Zaragoza, la primera parada la hice cerca de un paraje conocido como la “Sabina de Villamayor” cercana a la población del mismo nombre, donde se levanta un singular ejemplar de esta especie (Juniperus thurifera) que además cumple su cometido como recordatorio a la memoria de un gran defensor de la naturaleza en Aragón: José Manuel Falcón. Aquí pude observar a placer muchas Cataglyphis, casi todas ellas empeñadas en la recolección de cadáveres de otros insectos y desarrollando sus estrategias de orientación para la vuelta al nido. También observé la guardia y custodia del mismo. Pude ubicar rápidamente uno de estos nidos en un terraplén gracias a los macabros restos que se encontraban, medio enterrados, en la parte inmediatamente inferior al nido.



Después de tomar varias fotografías,  tanto a las Cataglyphis como a alguna gran colonia de Messor, me dirigí hacia la localidad de Leciñena. Al pie del hermoso santuario de la “Virgen de Magallón” tenía “fichadas” varias colonias de Aphaenogaster; es curioso también como guardan la entrada del nido y como tratan de pasar desapercibidas en cuanto notan mi presencia. A ver si pronto me hago con un buen equipo de video y puedo compartir con vosotros algún aspecto interesante de la conducta de estas especies.



Seguidamente, tras visitar unas antiguas trincheras de la época de la guerra civil, donde por cierto, está documentado que George Orwell (el escritor inglés) combatió en 1937, llegué finalmente a la localidad de Alcubierre. Desde aquí tomé una serie de pistas forestales que me llevarían finalmente en dirección sur hasta las poblaciones de Farlete y Monegrillo, estamos por supuesto en la zona más húmeda y alta de la comarca de Los Monegros. Tan solo después de unos kilómetros recorridos, se entra ya de lleno en un bosque formado por sabinas y pinos donde es fácil encontrar diversas especies de hormigas para mí muy interesantes: Formica, Camponotus, Crematogaster… E incluso con suerte, termitas subterráneas (Reticulitermes sp) aflorando por algún tocón o resto vegetal. Os pongo unas fotos de Camponotus cuyas obreras por cierto, cuidaban de varios ejemplares sexuados (alados) esperando sin duda, el momento propicio para el “vuelo nupcial”.



Un poco más adelante, después de llegar a lo alto de “Monte Oscuro” y su radar meteorológico, pude ver por el rabillo del ojo una diminuta construcción en muy buen estado. Sorprendido por ello, llegué (no sin dificultad) hasta la pequeña “caseta” cuya función era albergar un profundo pozo, aún funcional, con agua de sabor francamente desagradable (sulfatos). Curioso que en el interior  del pozo y bajando por una de sus paredes de cuidada mampostería, encontré una larga procesión de la especie Crematogaster scutellaris. Al respecto, hoy me he dado cuenta de que resulta muy interesante el hecho de que en una larga hilera de hormigas y aunque haya obstáculos o cambios de velocidad por su causa, nunca he observado un “embotellamiento” o dificultad digna de mención en el avance de los formícidos, todas mantienen más o menos la misma velocidad sin alborotos, caos o colapsos… Investigaré y trataré de meditar un poco sobre ello.



Más tarde, subí hasta la Ermita de San Caprasio ya cerca de la población de Farlete. Es un punto bastante alto desde donde se dice se puede observar la mayor extensión de territorio aragonés, la vista en un día claro es realmente impresionante. Algún día contaré la “pintoresca” historia de un bandolero famoso de estas tierras: Mariano Gavín, alias “El Cucaracha”. Pero, volviendo a las hormigas, estaba como decía, en lo alto del pico donde se erige la ermita, haciendo unas fotos a unas pequeñas hormigas, cuando me interrumpió una “venerable anciana”, francesa por más señas, que me preguntó sobre lo que yo hacía. Al responderle que fotografiaba hormigas se quedó bastante sorprendida pero luego me contó que había un entomólogo francés “muy famoso” que se llamaba “Fabre”, la mujer se alegró mucho cuando le dije que sí conocía (un poco) la obra del escritor. Estuvimos charlando por más de una hora... Finalmente, me despedí y me encaminé por una abrupta pendiente hacia el llano, concretamente hacia el pueblo de Farlete. Durante el trayecto, pude parar en una balsa de agua, es raro que a estas alturas del año aún mantengan el precioso líquido elemento, prestando atención a una miríada de abejas y avispas bebiendo y almacenando agua para sus panales, Dado que el terreno vuelve a ser aquí arenoso, aproveché la parada para buscar una especie de sapo (Pelobates cultripes) y, al levantar una piedra me topé con esto:



Una diligente “mamá” escorpión con una gran camada de crías a poco ya de independizarse. Me sorprendió lo corpulento de este especimen que rebasaba de largo la decena de centímetros. Un poco más allá, una colonia de Camponotus alarmada por mi presencia estaba “revolucionada” y totalmente alerta, “pero eso ya es otra historia”…

Una aclaración:
Bueno, aparte de su extensión, la idea principal de esta entrada era reflejar lo que puede dar de sí una simple salida mañanera al campo. Con un poco de atención se pueden ver y observar muchas cosas, realmente puede ser muy entretenido. No todo en la vida van a ser centros comerciales :-) Animaos.