Hace pocas semanas, os informaba en este blog sobre un vuelo nupcial masivo de Lasius sp. cercano a mi domicilio. Un lector del blog, me pidió que recogiera para él un par de tríos de jóvenes reinas para estudiar el proceso de fundación – en condiciones de poliginia forzada - de una colonia de este género. Al bajar a la calle al día siguiente por la mañana, aún quedaban algunas reinas vagabundeando por el suelo del barrio, así que tomé un pequeño tubo de ensayo e introduje en él algunas jóvenes reinas.
Ya en mi domicilio, las cambié
alojando a cada una de ellas en un tubo, proveyéndolas asimismo de una cámara
de agua separada por una torunda de algodón y tapándolas con un pequeño tapón finamente
agujereado. Las guardé en un lugar oscuro y tranquilo hasta la entrega a su
destinatario. Al respecto y debido a las vacaciones veraniegas, no hemos coincidimos
en fechas, por lo que la cesión se retrasó bastante invalidando, el objetivo
inicial del experimento.
Al cabo de pocos días, ya había huevos y algunas larvas. En muy poco tiempo las larvas hilaron sus capullos:
Esta mañana, solo para cerciorarme
de su estado, he sacado los tubos a la luz, observando en todos ellos que había
algo más de una docena de obreras cuidando a su vez, tanto de la reina como de
sus futuras hermanas; al no haber alimento disponible, asumo que todas se
alimentan de huevos tróficos puestos por la reina.
Estas primeras obreras
suelen ser un poco más pequeñas de lo normal para la especie y en algunas
hormigas, la diferencia de tamaño puede ser más que evidente. Se las llama
obreras “naníticas” y son
alimentadas por la reina con “huevos tróficos” (esto es, huevos que solo sirven
para alimentar). Se dice además que estas obreras viven menos tiempo que sus congéneres
y puede ser cierto ya que algunas yacían muertas. Su razón de ser es ayudar a
la ya exhausta reina a sacar adelante una primera camada de obreras plenamente
funcionales y con las aptitudes necesarias para las respectivas tareas de la
futura colonia (búsqueda de alimento, ampliación del nido, defensa, etc.).
Es interesante observar además,
como las reinas de las especies con fundación
claustral independiente proporcionan el alimento para sus primeras obreras.
Pensemos que ellas no salen a cazar ni a recolectar, por lo que la reina “fabrica”
estos huevos tróficos para su alimentación a partir de sus propias reservas
grasas y de la metabolización de sus propios músculos alares (*);
una vez sin alas y enclaustradas en el fondo del nido, éstos ya no serán
necesarios nunca más.
Y nada más, reseñar aquí la celeridad
con la que estas jóvenes reinas fueron capaces de iniciar su colonia: Poner
huevos, cuidar sus primeras larvas, alimentarlas, etc. y todo esto en
aproximadamente poco menos de un mes.
(*): Comparando fotografías, puede observarse fácilmente
como la musculatura del mesonoto de la reina va haciéndose más y más pequeña conforme
pasan las semanas.